Cómo cambió mi tatuaje al mes de mi 1ª intervención
Hace unos años, exactamente en 2014, decidí tatuarme un pequeño ponny en la pierna.
Como muchas de las afectadas de lipedema, sobre todo las que lo padecemos desde temprana edad, enseñar las piernas, ha sido una tortura y casi un tabú, por los complejos que ello conlleva.
Llegó un momento en mi vida en el que decidí empezar a quererlas, ya que gracias a ellas podía caminar y hacer otras cosas aunque me dolieran y me molestaran, y quise hacerme este tatuaje porque representaba muchas cosas, mi infancia, mi toque infantil, el pelo de colores que siempre quise llevar (y que decidí atreverme a poner años mas tarde) la fortaleza de las patas del poni, y las alas de volar por la libertad de poder ir a donde quieras, y como no, el toque de fantasía que conlleva.
Y aunque no fue de un día para otro el tema de enseñar las piernas, quise que representara el comienzo de algo nuevo, donde pisar con mas fuerza que nunca.
Así que, aprovechando que mi primera intervención sería en las pantorrillas, me hice varias medidas la noche antes de ingresar, así podría ir haciendo las comparaciones a medida que pasara el tiempo, tomando como referencia a mi pequeño ponny.
Es posible que aun me tenga que intervenir en esa parte ya que sacaron 6,2L y creo que aun queda lipedema por extraer de esa zona, que harán en siguientes intervenciones, aun estará por ver.
Así que he publicado en instagram un antes y después de éstas fotos, que también os colgaré aquí para que veas cómo va la evolución, 31 días después. Os iré informando de más cambios!
¡Un abrazo y hasta la próxima!
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