Cuidados

¿Y si fuésemos muñecas con accesorios?

A veces me imagino cómo sería si nos vendieran en una caja, con nuestros accesorios imprescindibles.
No de esas muñecas perfectas que venden en los catálogos, no.
Una muñeca real. Con piernas pesadas, alma sensible y una sonrisa que no siempre lo dice todo.

Imagínate: una figura con medias de compresión, crocs cómodos, una crema fría en la mano y una tarjeta Visa en la otra (porque, amiga, lo que cuesta tener lipedema…).
¿Y si la vida con esta enfermedad viniera en formato “pack”? ¿Con instrucciones claras y todo ordenadito?

La realidad es otra. No somos muñecas.
Y tampoco queremos serlo.

Pero esa fantasía de blister ilustrado me hizo reflexionar sobre todo lo que llevamos encima. No solo en la piel, también en el corazón.

El kit invisible de quienes vivimos con lipedema

Vivir con lipedema significa muchas cosas. Algunas se ven. Otras se notan sólo cuando te sientas a respirar hondo.

Esto es parte de lo que muchas llevamos “de serie”:

🧡 Cremas frías para calmar piernas que arden sin motivo aparente.
🧡 Cremas drenantes, de día y de noche, porque la esperanza también se unta.
🧡 Medias de compresión que a veces duelen más de lo que alivian, pero que son nuestras aliadas.
🧡 Guantes y calzadores para ponérnoslas sin guerra (aunque alguna batalla siempre cae).
🧡 Zapatos cómodos, porque los tacones están muy bien en la tele.
🧡 Masajes, presoterapia, fisioterapia… si el bolsillo lo permite.
🧡 Cepillo de madera para activar una circulación que se resiste.
🧡 Billetes, tarjetas, facturas y prioridades que a veces duelen más que las piernas.
🧡 Y, aunque no se compre, una autoestima trabajada con amor, y una confianza blindada, que nos recuerda cada día que el lipedema no es lo que somos: es solo una parte de nosotras.

Lo que no viene en la caja (pero debería)

¿Y si en ese supuesto kit también viniera un mapa?
Uno con rutas, recursos y una mano amiga. Porque lo que más necesitamos no siempre es físico.
Por eso también creé este blog, Lipedema Diary.
Porque a veces lo más importante es saber que no estás sola.
Que hay otras personas viviendo lo mismo.
Que tu historia también merece ser contada.

Porque el lipedema no tiene manual, pero compartir lo aprendido puede ser el principio de una revolución pequeñita… y poderosa.

No somos muñecas

No estamos hechas de plástico ni tenemos piezas intercambiables.
Tenemos cicatrices, fuerza, miedo, belleza, cansancio… y esperanza.
Tenemos días en los que nos cuesta movernos, y otros en los que lo damos todo, aunque nadie lo vea.
Y sí, el lipedema ocupa espacio en nuestro cuerpo y en nuestra vida, pero no es quien somos.

Somos historias en movimiento.
Somos decisiones valientes.
Somos vida, a pesar de todo.

Y en ese todo, también está lo que no se ve.
🧡 Las dietas eternas y frustrantes, que duelen más en la cabeza que en el cuerpo.
🧡 Las sesiones con el psicólogo para aprender a aceptarnos, incluso cuando el espejo no nos acompaña.
🧡 Las crisis existenciales frente al armario.
🧡 Los comentarios crueles que guardamos como heridas viejas.
🧡 El dolor físico que aprendimos a callar porque “siempre nos duele algo”.

Y lo más invisible de todo:
🧡 La autoestima, esa que no viene incluida en ningún blister, pero que debería ser el primer accesorio.
🧡 Esa confianza que cuesta tanto construir cuando la sociedad entera parece decirnos que no encajamos.
🧡 El cariño propio que aprendemos a darnos cuando ya nadie lo espera.
🧡 Esa voz interior que nos recuerda que no estamos rotas, solo somos distintas.

Quererse en este contexto no es fácil.
Pero es revolucionario.

Así que no, no somos muñecas.
Somos humanas. Reales.
Con piernas que pesan, sí… pero con un alma que se levanta cada día.
Y eso no lo cambia ningún accesorio.

Con cariño y compresión,
Montse 💙
Lipedema Diary

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