Caminando por la playa: reflexiones sobre mi camino con lipedema
En el vídeo que acompaña esta entrada camino por la playa.
Cada paso sobre la arena y cada ola que llega a mis pies me invita a reflexionar sobre todo lo que ha cambiado desde que empecé a contar mi historia.
Mi camino comenzó en las redes sociales, donde empecé a compartir lo que sentía, lo que aprendía y lo que me confundía. Era un espacio pequeño, pero muy necesario: un lugar para poner en palabras mis experiencias y conectar con quienes pasaban por lo mismo.
En 2018 abrí este blog, y con él un rincón más profundo donde podía reflexionar, equivocarme y aprender. Con el tiempo, ese blog se convirtió también en un libro, porque sentí que mi historia merecía quedarse escrita, para mí y para quienes quisieran acompañarme en este viaje.
Más tarde llegó el podcast, un espacio donde puedo usar mi voz para contar, de tú a tú, lo que voy descubriendo, los tropiezos, los cambios de rumbo y las lecciones que deja el camino.
No soy médica ni experta. Soy una paciente, igual que muchas de ustedes. Una mujer que se equivoca, que cambia de opinión cuando aprende algo nuevo y que intenta hacer las cosas siempre desde la honestidad y el respeto. Porque visibilizar el lipedema importa, y nuestra voz como pacientes también tiene valor, aunque no tengamos todas las respuestas.
He aprendido que rectificar y volver a empezar forma parte del viaje. Que no necesitamos fingir ser más de lo que somos para aportar algo valioso. Y que cada paso, por pequeño que parezca, cuenta.
Cada una tiene su camino, y eso es algo que siempre debemos recordar. Somos libres de elegir en qué creemos y en qué dejamos de creer, de abrirnos a nuevas ideas o cerrar capítulos que ya no nos sirven. Pero esa libertad también nos da derecho a dar nuestra opinión, criticar o quejarnos cuando lo necesitemos, sin miedo, siempre que lo hagamos desde el respeto, la empatía y procurando contar con la mayor parte de conocimiento posible. Porque opinar sin informarse ni mirar más allá del propio punto de vista no suma; escuchar, cuestionar y aprender sí.
Disfrazar lo que es de lo que no es, fingir certezas que no se tienen o aparentar una ética que no se practica, es algo hipócrita. La experiencia es un grado y a medida que más sabemos y más avanzamos en la vida, vamos perfeccionando nuestra manera de ser y estar en el mundo. Y eso incluye —o debería incluir— la empatía y la sonoridad, saber escuchar y ser escuchadas, comprender y hacernos comprender, conectar de manera auténtica.
Yo, por mi parte, estoy aquí. Dejo que me regalen cosas, os muestro lo que me gusta, lo que hago, lo que me funciona y lo que no. Os hablo de mis tropiezos, de mis traumas, de lo que me hace feliz y de lo que me duele, porque eso es lo que he decidido hacer en las redes sociales: abrirme sin filtros, mostrando lo humano y lo imperfecto. Y cada quien es libre de usar sus redes como quiera, de contar su historia a su manera, de marcar sus límites, de celebrar o de criticar. Esa libertad es poderosa, y también responsable: nos invita a ser honestas con nosotras mismas y con quienes nos leen o nos siguen.
Si quieres acompañarme en este momento y sentir lo que transmite este paseo, puedes ver el vídeo completo en mi Instagram o TikTok.
Cada ola, cada paso, cada reflexión me recuerda que no estamos solas. Y que juntas podemos abrir camino, con honestidad y con corazón.
Montse Sabajanes
LipedemaDiary
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